Estos dos temas, la tasa de feminicidios y las denuncias por violencia física y acoso, en aumento por todos los territorios del país [*], son elementos importantes que tendrían que estar generando reflexiones y reacciones en contra de estos fenómenos en todos los contextos de la sociedad colombiana. Sin embargo, no parece ser un problema de análisis, y menos, de conocimiento prioritario que deba ser incluido en los programas curriculares de la formación básica o en la del nivel superior. Lo que sí se observa con frecuencia, son reacciones paliativas o policiales a hechos que se van presentando en el día a día sobre este tema.
Esas respuestas son significativas, pero para tratar el problema de raíz se requiere un trabajo de base de más compromiso: preventivo, educativo y pedagógico, en todas las formas de organización y estructuras de la sociedad. Por eso, los esfuerzos que hacen las organizaciones sociales, las de mujeres, de Derechos Humanos y los de las instituciones públicas, cuentan y son necesarios. Cada nueva contribución a esta realidad social tiene una motivación y responde, en general, a un objetivo puntual y/o individual, con lo cual, puede ser relevante lograr agrupar los esfuerzos de las organizaciones hasta transformarlos en objetivos comunes. Es muy posible que el tratamiento grupal genere un nuevo desarrollo de capacidades comunes para saber darle la vuelta a estas formas de actuar tan perjudiciales para la sociedad.
Todo suma, y es justo y necesario abrir los ojos para empezar a identificar violencias, en especial las invisibles, las que al parecer no hacen daño, aunque pueden estar incidiendo, más de lo que parece, en los comportamientos humanos.
Los aportes que presenta la infografía que acompaña estas notas, van encaminados a provocar análisis y autoreflexiones, no a atacar ni juzgar a nadie. También, a procurar que sea tema de conversación en las familias, entre amigas y amigos, en los centros educativos, oficinas, instituciones, empresas, en cualquier espacio cotidiano.
Lo último y no menos importante, invitar a las empresas conscientes de que, con su promoción y formas de presentar servicios y productos, ejercen violencia contra las mujeres, a una reflexión y transformación de los paradigmas de comunicación, culturales y sociales.
[*] Según datos del Observatorio de Feminicidios en Colombia. De enero a abril del presente año se han asesinado 178 mujeres.