El
10 de abril de 2018 será un día significativo a marcar en el calendario mundial
para el movimiento feminista. La Real Academia Española (RAE) sorprende al
mundo dando un significativo paso a favor de la igualdad entre hombres y
mujeres al integrar a su enciclopedia, una lista de 14 palabras, un término en el
que se incorpora la perspectiva de género en el lenguaje. Esta es una palabra
que abre una inmensa puerta que parecía cerrada a la lucha feminista.
Según
un dato publicado por el Instituto Cervantes de España[1], hay 572 millones de personas hispanohablantes, la segunda lengua materna en el
mundo por número de personas usuarias, que a partir de la fecha van a poder utilizar
–si así lo desean- la palabra “lideresa” porque el sufijo esa
para formar femeninos es válido en español, con
toda legitimidad de no estar incurriendo en un error ortográfico, aunque lo realmente
importante es que se da –un pasito pa´lante- hacia la visibilización de las 3.767
millones de mujeres que vivimos en el globo terráqueo de acuerdo a cifras del
Banco Mundial.
Específicamente,
es un reconocimiento a las miles de mujeres lideresas que se han empoderado para
luchar junto a sus comunidades por sus ideales políticos, económicos,
culturales, ambientales, sociales o feministas, derivados de la injusticia social
a lo largo y ancho del planeta.
Es
un avance, y se debe reconocer como tal. Es una pequeña aunque relevante conquista
del movimiento feminista, la respuesta por parte de una de las instituciones
más conservadoras –la REA- a una de las reivindicaciones históricas de las
mujeres organizadas.
Sin
embargo queda mucho por hacer, la verdadera inclusión de la perspectiva de género
en el lenguaje apenas ha empezado, por tanto, se requiere del compromiso e
implicación de toda la sociedad para informarse, dialogar y cuestionar el
modelo patriarcal hegemónico que continúa condenando a las mujeres a su
invisibilidad, al espacio privado.