martes, 2 de abril de 2024

Marzo 8: Para mostrar avances, y elevar voces

La presión aflora mi actividad y creatividad. No sé si le pasa a mucha gente, pero en mí es vital para producir. El 8 de marzo, es una fecha significativa para muchas mujeres en el mundo, dentro de ellas me encuentro yo. Y –claro- no había estado en ningún grupo de mujeres tejiendo en red, por tanto, estaba fuera de aportar a la conmemoración de esta importante fecha. Así que decidí hacer una contribución desde algo que sé hacer, una infografía. 

A mi entender, el 8M es una oportunidad para que la sociedad, en especial las mujeres, nos movilicemos en el espacio público, y para que reflexionemos acerca de qué es ser mujer hoy día en nuestros contextos más próximos y en los lejanos. Para sentarnos a pensar cómo llevamos la vida. Si en realidad las mujeres somos libres, si tenemos fácil lograr lo que soñamos, y si es verdad que podemos caminar solas y sin miedos por los lugares que andamos. Y, sobre todo, cómo podemos aportar desde donde hacemos nuestra vida.

Creo ser una mujer privilegiada en varios aspectos, una condición que debería permitirme responder con un sí a las tres últimas preguntas que he planteado. Sin embargo, no es así. Y no es así, no solo porque tengo la fortuna de haber aprendido a identificar la desigualdad presente en muchos contextos, sino también porque los hechos lo demuestran: más de 500 mujeres asesinadas en Colombia en el 2023: feminicidios, es decir, asesinatos por el solo hecho de ser mujeres; más de 64.000 fueron víctimas de agresión física[i], especialmente menores de 14 años, entre otras.

Por lo anterior, y por las muchas otras violencias que observo en la cotidianidad, he investigado y leído hasta construir una línea de tiempo, en formato de infografía, que facilite ver qué tanto hemos avanzado en derechos las mujeres colombianas, y si eso se traduce en la práctica en calidad de vida para nosotras.

La línea de tiempo muestra que en 1792 Mary Wollstonecraft, escritora inglesa, escribió el libro “Vindicación de los derechos de la mujer”. ¡Cuánto ha llovido desde entonces! Y luego está Simone de Beauvoir, escritora francesa, que en 1949 escribió el libro “El segundo sexo” para dejar ver la desigualdad. Junto a esos logros aparecen leyes que otorgan derechos a las mujeres en Colombia. La verdad, me he sorprendido. Hay muchas leyes a favor de nosotras, yo conocía algunas ¿pero tantas?, no lo hubiese imaginado. 

Hemos avanzado, no se discute, pero poco. Según las leyes, hoy podemos hablar y salir a la calle, tener cuentas bancarias a nuestro nombre, no llevamos el “de” en nuestras cédulas de ciudadanía, podemos estudiar en la universidad, elegir y ser elegidas en la política, trabajar con salarios dignos, comprar tierras, tenemos derecho a la inclusión en la economía del cuidado en la economía del país, reconocimiento del trabajo doméstico, derecho también a que en las instituciones públicas hayan salas para la lactancia, políticas para prevenir violencias, despenalización del aborto… Mucho en la virtualidad, ya ni siquiera en el papel. No obstante, en el día a día pareciera que varias de estas leyes no existieran.

El mensaje de la infografía, es que debemos leer las leyes, apropiarnos de ellas y exigir a la clase gobernante que las aplique, porque es muy probable que contribuyan a desmontar parte de las violencias que nos rodean, y en especial, a corto plazo, que paren las violencias directas.



[i] https://www.laopinion.com.co/colombia/2023-un-ano-fatal-para-ellas-cifras-de-feminicidios-lo-demuestran

sábado, 7 de octubre de 2023

Mujeres que defienden el territorio con susurros



La revista Calarma. Pensamiento, poética y sociedad. De la Facultad de Ciencias Humanas y Artes de la Universidad del Tolima,  en el Vol. 2-Número 3, de septiembre de 2023, https://revistas.ut.edu.co/index.php/calarma/issue/view/256/82 ha publicado el artículo: Mujeres que defienden el territorio con susurros. El caso de Cajamarca, Tolima, Colombia. 

Un texto construído en el marco del proyecto Territorios en Conflicto Fase II, ejecutado en consorcio por Gernika Gogoratuz y Gernikatik Mundura, financiado por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, y en alianza con universidades y organizaciones sociales de Mozambique, Portugal, País vasco y Colombia. Específicamente en Colombia con: Universidad del Tolima, Universidad de la Amazonia y la Fundación IDEASUR. El proyecto buscaba promover un proceso de investigación, formación, acción e incidencia en relación al impacto que el modelo hegemónico neoliberal y patriarcal, y sus principales agentes, las empresas transnacionales, tienen en los territorios.

Uno de los objetivos del artículo es ayudar a mostrar que las mujeres de Cajamarca, rural y urbano, estuvieron en primera línea dentro del movimiento civil, en defensa del territorio y los recursos, pero la desigualdad estructural de género les negó este reconocimiento.

Las autoras agradecemos la colaboración de las mujeres de Cajamarca que nos contaron sus vivencias y andares, a Gernika Gogratuz, Gernikatik Mudura, IDEASUR y a la Universidad del Tolima, por permitirnos escribir para visibilizar hallazgos del proceso y cumplir con otro de los objetivos del proyecto.


miércoles, 28 de junio de 2023

Abramos los ojos y rechacemos la violencia invisible contra las mujer



Estos dos temas, la tasa de feminicidios y las denuncias por violencia física y acoso, en aumento por todos los territorios del país [*], son elementos importantes que tendrían que estar generando reflexiones y reacciones en contra de estos fenómenos en todos los contextos de la sociedad colombiana. Sin embargo, no parece ser un problema de análisis, y menos, de conocimiento prioritario que deba ser incluido en los programas curriculares de la formación básica o en la del nivel superior. Lo que sí se observa con frecuencia, son reacciones paliativas o policiales a hechos que se van presentando en el día a día sobre este tema. 

 

Esas respuestas son significativas, pero para tratar el problema de raíz se requiere un trabajo de base de más compromiso: preventivo, educativo y pedagógico, en todas las formas de organización y estructuras de la sociedad. Por eso, los esfuerzos que hacen las organizaciones sociales, las de mujeres, de Derechos Humanos y los de las instituciones públicas, cuentan y son necesarios. Cada nueva contribución a esta realidad social tiene una motivación y responde, en general, a un objetivo puntual y/o individual, con lo cual, puede ser relevante lograr agrupar los esfuerzos de las organizaciones hasta transformarlos en objetivos comunes. Es muy posible que el tratamiento grupal genere un nuevo desarrollo de capacidades comunes para saber darle la vuelta a estas formas de actuar tan perjudiciales para la sociedad.

 

Todo suma, y es justo y necesario abrir los ojos para empezar a identificar violencias, en especial las invisibles, las que al parecer no hacen daño, aunque pueden estar incidiendo, más de lo que parece, en los comportamientos humanos. 

 

Los aportes que presenta la infografía que acompaña estas notas, van encaminados a provocar análisis y autoreflexiones, no a atacar ni juzgar a nadie. También, a procurar que sea tema de conversación en las familias, entre amigas y amigos, en los centros educativos, oficinas, instituciones, empresas, en cualquier espacio cotidiano.

 

Lo último y no menos importante, invitar a las empresas conscientes de que, con su promoción y formas de presentar servicios y productos, ejercen violencia contra las mujeres, a una reflexión y transformación de los paradigmas de comunicación, culturales y sociales.



[*] Según datos del Observatorio de Feminicidios en Colombia. De enero a abril del presente año se han asesinado 178 mujeres.


 

martes, 28 de abril de 2020

Violencia simbólica contra las mujeres en imágenes; aquende y allende



Existen varias formas de violencia contra las mujeres; sin embargo, este artículo intenta hacer visible la violencia más invisible, aquella oculta en lo simbólico, naturalizada y arraigada en cada cultura, un poder dominante que coacciona el actuar individual y colectivo, que se reproduce sin ser cuestionado y por tanto se acepta con agrado. Es la llamada por el sociólogo francés P. Bourdieu; violencia simbólica, en este caso, transmitida en las imágenes de carátulas de la música.

Este cuestionamiento surge a partir de dos argumentos:
Uno, de la toma de conciencia de las mujeres: “para salir de la subalternidad y ninguneo de las construcciones sociales que las ha sometido y somete”, según dice la historiadora irlandesa M. Nash, que contribuye a lecturas críticas sobre la realidad.

Dos, de la experiencia migratoria, que deja a las personas migrantes en un limbo enriquecedor de devenires diarios que les permite ver las formas de actuar y vivir en una y otra cultura; es decir, tienen “el ombligo enterrado en dos mundos”, como también argumenta la psicóloga y feminista colombofrancesa F. Thomas, que posibilita establecer comparaciones entre los contextos en los que ha convivido.

Por todo lo anterior, y bajo el paraguas de Mujeres del Mundo -Babel-, en alianza con la Facultad de Empresariales de la Universidad del País Vasco y con organizaciones como: Gernika Gogoratuz, Gernikatik Mundura y la fundación IDEASUR-Colombia, se llevó a cabo el pasado año, en el País Vasco, una exposición de diez paneles que visibilizan de manera gráfica y esquemática un análisis acerca de la violencia simbólica presente en carátulas de música bailable de Colombia y España. Es decir, sobre la violencia interiorizada y normalizada que no se cuestiona y que eterniza la relación social de dominación entre lo masculino (dominadores) y lo femenino (dominadas).

Los paneles evidencian que las dos sociedades están cimentadas sobre el mismo modelo hegemónico patriarcal llamado “conocimiento cultural” que legitima la representación de las mujeres como objetos decorativos y sexuales, y que probablemente contribuye a elevar las tasas de violencia contra las mujeres de aquí y de allí. Específicamente, se estudiaron carátulas comercializadas en el quinquenio comprendido entre 1996 al 2000, porque fueron momentos de cambios sociales, políticos, económicos y culturales, muy importantes en los dos países.

Las carátulas analizadas de Colombia hacen parte del recopilatorio de música tropical “14 cañonazos bailables” y las de España; del recopilatorio “playa total, todos los éxitos del verano”, todas se constituyen en violencia simbólica contra las mujeres e incorpora elementos de racismo y xenofobia. Lo anterior se ha realizado con consciencia de que lo visual, como arguye G. Kress & V. Leeuwen, “no puede seguir siendo tratado como periférico y superficial” ya que ha restado centralidad a otras formas de comunicación, y por esto se constituye en una de las claves en la revolución de la comunicación que influye en las formas de actuar y vivir.

Así, la asociación Mujeres del Mundo -Babel- pone este material a disposición de otras organizaciones, como un recurso educativo sencillo y útil que ayude a formar, informar y cuestionar acerca del uso de la imagen de las mujeres como vendedoras de mercancía por excelencia. La mercancía se erotizo porque es la realización del placer que produce una nueva posesión, en este caso; un nuevo disco. El reto es provocar una reflexión social para que, en las imágenes, también se resignifique y dignifique el papel de las mujeres en las sociedades.

martes, 10 de abril de 2018

Un pasito pa´lante



El 10 de abril de 2018 será un día significativo a marcar en el calendario mundial para el movimiento feminista. La Real Academia Española (RAE) sorprende al mundo dando un significativo paso a favor de la igualdad entre hombres y mujeres al integrar a su enciclopedia, una lista de 14 palabras, un término en el que se incorpora la perspectiva de género en el lenguaje. Esta es una palabra que abre una inmensa puerta que parecía cerrada a la lucha feminista.

Según un dato publicado por el Instituto Cervantes de España[1]hay 572 millones de personas hispanohablantes, la segunda lengua materna en el mundo por número de personas usuarias, que a partir de la fecha van a poder utilizar –si así lo desean- la palabra “lideresaporque el sufijo esa para formar femeninos es válido en español, con toda legitimidad de no estar incurriendo en un error ortográfico, aunque lo realmente importante es que se da –un pasito pa´lante- hacia la visibilización de las 3.767 millones de mujeres que vivimos en el globo terráqueo de acuerdo a cifras del Banco Mundial. 

Específicamente, es un reconocimiento a las miles de mujeres lideresas que se han empoderado para luchar junto a sus comunidades por sus ideales políticos, económicos, culturales, ambientales, sociales o feministas, derivados de la injusticia social a lo largo y ancho del planeta.

Es un avance, y se debe reconocer como tal. Es una pequeña aunque relevante conquista del movimiento feminista, la respuesta por parte de una de las instituciones más conservadoras –la REA- a una de las reivindicaciones históricas de las mujeres organizadas. 

Sin embargo queda mucho por hacer, la verdadera inclusión de la perspectiva de género en el lenguaje apenas ha empezado, por tanto, se requiere del compromiso e implicación de toda la sociedad para informarse, dialogar y cuestionar el modelo patriarcal hegemónico que continúa condenando a las mujeres a su invisibilidad, al espacio privado.